miércoles, 6 de enero de 2016

Caseríos que se negaron a morir.

Así nació El Vigía                                                                                       José Ramón Contreras. B 
Caseríos que se negaron a morir.                                           asinacioelvigia15@blogspot.com


Con la instalación del sistema ferroviario, Santa Bárbara-La Vigía, adquirieron mucha significancia los Caseríos por donde pasaba este “caballito de acero”, me refiero a los poblados de El Castillo y Los Cañitos, por solo nombrar (2) de ellos, enclavados a las orillas del tendido de rieles por donde se desplazaba este medio de transporte, incluso con estaciones o paradas en los mismos, de allí que, podemos decir con mucha propiedad, que estos poblados se formaron, primero que la hoy ciudad líder del occidente venezolano, El Vigía. Estos pequeños pueblos, al desaparecer este tipo de transporte a mediados de la década de los años 50, aún se conservan, con algunas viviendas de la época ferroviaria y una calle asfaltada, que es precisamente por donde se desplazaba el tren, poseen Escuelas (nivel inicial y primaria), careciendo de Liceos, teniendo que emigrar para El Vigía estado Mérida, El Moralito o Santa Bárbara de Zulia y el nivel universitario lo efectúan en El Vigía o Santa Bárbara, poseen algunas canchas deportivas, pequeñas Capillas y Campos Santos donde sus pocos habitantes escuchan la homilía, casi siempre, ofrendada por sacerdotes de la parroquia El Moralito del municipio Colón del estado Zulia quienes les visitan y acompañan en el entierro  de sus seres queridos, llevándoles la palabra de Dios, también existen algunas bodegas, cantinas, salas de billar y Galleras, estas últimas frecuentadas por braceros colombianos y goajiros que laboran en las fincas y haciendas de sus alrededores, en estas unidades agrícolas se producen plátanos, leche, quesos, la cría de bovinos, porcinos, aves de corral y huevos para el consumo humano y abastecen los mercados de El Vigía y Santa Bárbara de Zulia. Buena parte de quienes nacen allí, se desplazan a otras ciudades del país en busca de nuevos horizontes.  Debo acotar que, en alguno de estos pequeños caseríos se conmemoran las llamadas Fiestas Patronales, eligen sus Reinas, efectúan algunas disciplinas deportivas, como Campeonatos de Foot ball y rondao o pelotica de goma, la muchachada  efectúa algunos juegos tradicionales como el trompo, las metras o canicas y elevan papagayos. Algunas tradiciones católicas como la Semana Santa, las festividades decembrinas, las fiestas del Rey Momo (Carnavales) y otros.  Finalmente es menester contarles que, hay algunos de estos pequeños caseríos que lograron desarrollarse urbanísticamente, me referiré a La Pedregosa y Puente La Maroma, ellos sobreviven porque se encuentran en lugares de expansión de las grandes urbes, en este caso El Vigía y Santa Bárbara de Zulia, cuyas toponimias los han acobijado.

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