miércoles, 6 de enero de 2016

Nuestro reciente Reencuentro.

Trozos de nuestra historia                                                                   José Ramón Contreras. B
 Nuestro reciente Reencuentro.                                            

Mucho antes de alejarse de este mundo, Guillermo Briceño, “maestro de maestros” nos deleitaba con sus “noches antañonas”, la Avenida 15 Bicentenario, entre Avenida Bolívar y  Calle 8 del sector Plaza Mama Santos, era el sitio escogido por el inolvidable Memo, para celebrar esta fiesta nocturna, dándole cabida a los habitantes del pueblo a manifestarse culinariamente, bebidas de aquellas épocas, dulcería y el ritmo de nuestra música campesina y, por que no, guarapeando con “el raspacanilla”. Las entradas eran libre, omitíamos la celebración de santo alguno y, sólo nos ofrecía la diversión de una población que quería rememorar tiempos idos, abrazarnos con los que llegaban de distintas partes de Venezuela y el mundo, en ocasión de visitar a su terruño y a familiares que aún viven en esta pujante ciudad.
El pasado 6D, ese pueblo se reencontró con su población y se manifestó en las urnas electorales, cansado de la diatriba política, sus oídos pidieron bajar los decibeles al lenguaje ofensivo de parte y parte. Hoy el país se mantiene en calma, sólo resta esperar hasta cuando soportará ese pueblo, la inseguridad, la escasez, el alto costo de la vida, la corrupción y pare usted de contar.
Debo decirles a quienes leen ésta columna, que el pasado domingo 27, desde las 10 de la mañana, en las instalaciones del Club Campestre “Las Colinas”, los Amigos e Hijos de El Vigía, celebramos el IV Reencuentro, siendo propicia la ocasión para que los pocos asistentes: José “Cheo” Peralta, Alirio Ramírez, Carlos Contreras, Jesús chucho Boscán, Carlos Rangel, Luís Rangel, esposas e hija, “Toñita” Ventosa y esposo, Libia Mercado, hermana, cuñado y esposo, Nicolás “caraota” Rincón, Lubín Barrera, la señora Teodora, Oscar Ortega, Valdemar Rincón, Rosita Durán y familia y otros, nos reuniéramos en franca camarería y recordáramos algunos pasajes de nuestra infancia, rememoráramos el viejo tamarindo, sus ranchos, sus pocas calles de tierra, su arte culinario, sus dulces, la música antañona que sonaba en las Rock olas de la incipiente Aldea.
Finalmente, el venidero 2016, debe organizarse el V Reencuentro a través de un Comité Organizador, el trabajo no puede dejársele a una sola persona, en éste caso, al amigo Carlos Rangel, tiene que funcionar necesariamente, un equipo humano, capaz de cuidar cada detalle, que aglutine a todo ese colectivo de coterráneos y amigos que están regados por Venezuela y el mundo.

Feliz año 2015 y mucha prosperidad en el venidero 2016.

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