martes, 3 de febrero de 2015

Camburito

Trozos de nuestra historia
Así nació El Vigía


JOSÉ RAMÓN CONTRERAS B
Docente y periodista.
El personaje popular que hoy presentaremos a nuestros amables lectores, no es otro que "Camburito", por mucho esfuerzo que hicimos, tampoco pudimos conseguir sus datos filiatorios, sólo nos limitaremos a infor­marles algunos rasgos fisonómicos del personaje en cuestión y su breve pasantía por este mundo terrenal, 50 años aproximadamente. Con una estatura que podría haber oscilado entre 1 metro 40 centímetros y 1,45 cms., una contextura muy delgada, piel blanca, pelo liso, de poco hablar, vestía pantalón de kaki, camisa manga corta, cotizas de planta de caucho y bordes tejidos (estilo moja-ñera). Unos dicen que bajó de "El Guaimaral" otros que venía de "Cuchilla de las Huacas", ambas pertenecientes al municipio Antonio Pinto Salinas, cuya capital es la pin­toresca población de Santa Cruz de Mora, nunca supimos su verdadero nombre, solo, que se encuentra des­cansando en la Paz del Señor. Cam­burito, era el peón de confianza de los arrieros de la época, que subían por la barranca y entraban hacia la parte final de la hoy avenida 15 del sector, antigua calle El Comercio de


El Tamarindo para descargar sus frutos, que venidos del otro lado del Chama eran embarcados en Ferro­carril con rumbo a Santa Bárbara de Zulia y transportados en la piragua "Santa Teresita", vía lacustre hasta Boburito en Maracaibo, pues bien, nuestro personaje de hoy cuidaba el arreo de muías, mientras, sus propie­tarios hacían la comercialización y embarque en la vieja locomotora "Cordillera", de regreso hacía El Can­grejo, los osados arrieros transporta­ban víveres y materiales de construc­ción que en igual itinerario eran traídos hasta la Estación de La Viga. En sus ratos libres "Camburito". hacía mandados a familias residen­ciadas en el sector El Tamarindo, por las tardes, era común verlo ingirien­do las bebidas espirituosas que se expendían en tugurios y chozas de E) Vigía, otras veces bailaba al son de la música que parroquianos colocaban en las rokolas (amarraderas, en otras oportunidades se le observaba escu­char con atención las declamaciones en vivo del poeta zedeño, don Tito Lino Molina, quien acompañado de su inseparable guitarra, entonaba algunos boleros de Julio Jaramillo'y Olimpo Cárdenas. En una próxima entrega les comentaré sobre otro per­sonaje de aquella época, a quien lla­maron "La Mucurita".

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