martes, 3 de febrero de 2015

Trozos de nuestra historia

Trozos de nuestra historia
Así nació El Vigía




JOSÉ RAMÓN CONTRERAS B.
Docente y periodista
El personaje popular que hoy presentare­mos a nuestros ama­bles lectores no es otro que "Enrique y la burra". Pido disculpas por omitir su ape­llido, pero, por mucho que hemos indagado no ha sido posible lograr el mismo. Su sitio habitual de permanen­cia era la plaza Alberto Adriani de nuestra estraté­gica ciudad, quizás se debe a que, tiempos atrás, mucho antes de construir la Avenida Bolívar, me refie­ro, cuando la nomenclatura nuestra nos la presentaba como la calle 6 y, justamen­te al frente, estaba ubica­da la plaza de los Platane­ros, en terrenos que fueron propiedad de don Alfonso Ferreira y su Bomba El As, una vez trasladada para el sector de la Laguna de Los Sapos, en el Barrio Inmacu­lada, Enrique siguió pulu­lando la Plaza, del epónimo de nuestro municipio, allí

lustraba zapatos, empinaba el codo, hacía mandados a los vecinos y comerciantes del sector.
El personaje en cuestión era una persona de muy buen carácter, de poco hablar, y cuando lo hacía era pausadamente, sin ele­var en ningún momento el timbre de su afónica voz, no se mostraba ofendido ante el apodo endilga­do, presentaba un ligero retardo mental. Sin embargo, en los últi­mos meses de su errante vida, dio muestras de incomodidad ante el alias de "Enrique y la burra". Comentan los lugareños que todo se debió a su predilección hacia este noble animal. Por esta tem­porada, un amigo de nombre Luis Játiva le donaba trajes, zapatos y corbatas, que lucia con orgullo en su lugar predilecto para recibir la navidad, la Plaza Alberto Adriani. Para la fecha en que murió, debió haber estado frisando los 68 años de edad y sus restos reposan en el Cementerio de Santa Isabel de
En una próxima entrega les estaré comentando sobre "camburito", otro de los personajes que formaron parte de la historia de aquella época.

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